La temporada de fresas se está acabando y qué mejor forma de aprovechar esas fresas que ya se ponen un poco pochas que haciendo una mermelada. El sabor es inigualable, que se lo digan a mi peque, que se come las tostadas y siempre me dice lo ricas que están con la mermelada de mamá, jejeje. Y además sin nada de conservantes ni colorantes, todo natural y sano. Si no la váis a consumir pronto, aunque aguanta bastante tiempo estando en frío, podéis hacer conserva y guardarla durante meses. Recién cocinada, en caliente, podéis poner los tarros bien cerrados boca abajo, porque si la tapamos hirviendo y lo ponemos así, conseguimos que haga el vacío y nos aguante más, pero hay otras técnicas de conservación, como hervirlos durante 40 minutos, que son más seguras.
Ingredientes
:
- 500 gr. de fresas limpias y sin hojitas.
- 500 gr. de azúcar.
- Un chorrito de zumo de limón.
Elaboración
(con Thermomix):
- Ponemos todos los ingredientes en el vaso y programamos 40 minutos, 90º velocidad 2. Importante aquí poner el cestillo sobre la tapa en lugar del cubilete si no queremos que nos queden los azulejos de la cocina a topos rojos, que será muy flamenco, pero no veas luego para limpiarlo, porque salpica bastante. Además, se debe utilizar el cestillo para que así evapore el agua que suelta.
2. Una vez finalizado
el tiempo probamos la textura con una cuchara. Es muy posible que
tengáis que poner más tiempo, porque a veces se queda muy líquida.
Lo que sí es cierto es que tiende a ponerse algo más espesa cuando
se enfría. La metemos en los tarros elegidos y ya utilizamos la
técnica de conservación que decidamos.
Por cierto, ¿no os resulta un regalo "muy cuqui" cuando visitamos a alguien? Un pedacito de tela llamativa, un lacito... et voilà!:
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