Por fin, después de tener un poco abandonado el blog, hoy aprovecho para poner recetas navideñas. Empiezo con una que me enamoró cuando lo probé: el Kringle Estonia. El kringle es un dulce navideño típico de los países nórdicos y tiene una presentación característica en forma de corona que llama la atención. Aunque parece algo complicado en realidad no lo es, sólo hay que seguir unos sencillos pasos. A mi, como ya he dicho en alguna ocasión, me gusta más la bollería que los pasteles más empalagosos y la masa del kringle es tipo brioche, y va cubierta con un glaseado que, además de presencia, le da jugosidad y hace que aguante algo más de tiempo sin ponerse duro. Por cierto, como veréis en el relleno he utilizado nueces, pero se pueden cambiar por frutas confitadas si se desea, o incluso por ingredientes salados, como paté, sobrasada... ya sabéis, ¡imaginación al poder!.
Ingredientes:
Para la masa:
- 30 gr. de azúcar
- piel de medio limón (sólo la parte amarilla)
- 30 gr. de mantequilla o margarina
- un cubito de levadura fresca de panadero (20-25 gr)
- 120 gr de leche
- 1 yema de huevo
- 300 gr. de harina de fuerza
- un pellizco de sal
Para el relleno:
- 60 gr. de azúcar moreno
- 50 gr. de mantequilla o margarina a temperatura ambiente
- 50 gr. de nueces picadas gruesas
- 2 cucharadas de canela en polvo
Para el glaseado:
- una clara de huevo
- 50 gr. de azúcar glass
Elaboración:
- Ponemos en el vaso el azúcar y la piel del limón y pulverizamos 15 segundos a velocidad 10. Bajamos todo con la espátula hacia el fondo y añadimos la leche, la mantequilla y la levadura. Programamos 1 minuto a 37º, velocidad 2.
- Separamos la yema de la clara y reservamos esta última para el glaseado que haremos después. Agregamos la yema al vaso y mezclamos 5 segundos, velocidad 3.
- Añadimos al vaso la harina y el pellizco de sal, y amasamos en velocidad espiga 2 minutos. Ya podemos sacar la masa del vaso, darle forma de bola e introducirla en una bolsa que colocaremos en algún lugar más bien cálido, para que suba hasta doblar su volumen (una hora más o menos. Yo en invierno suelo poner las masas a levar en una mesa junto al radiador de la cocina, va de fábula, jejeje.
- Sin necesidad de lavar el vaso, vamos con el relleno: Ponemos la mantequilla, el azúcar moreno y la canela y mezclamos 30 segundos a velocidad 2.
- Mientras estiramos la masa con el rodillo sobre papel vegetal ya podemos precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 180º (*truco: para que el papel no se os mueva demasiado salpicad unas gotas de agua sobre la superficie donde lo pongáis) . Deberemos obtener una especie de rectángulo con la masa bastante finita. En la foto podéis ver que es más grande que la hoja de papel que hay debajo.
- Untamos la masa con la pasta del relleno, dejando un borde libre para sellar después, y espolvoreamos por encima las nueces picadas. Ahora toca enrollar el rectángulo con mucho cuidado formando un rulo y sellarlo con un poco de agua.
- Cortamos el rulo con un cuchillo longitudinalmente por la mitad, excepto por un extremo. Giramos los dos “brazos” que han quedado de modo que se muestre el relleno hacia arriba y trenzamos (¡esta es la parte divertida!). Cuando esté trenzada, unimos los dos extremos formando una corona, y sellamos también con un poco de agua para que se quede bien pegado. Horneamos unos 20-25 minutos a 180º.
- Mientras tanto preparamos el glaseado: con el vaso limpio y las mariposa colocada en su posición montamos aunque no del todo la clara que teníamos reservada, a velocidad 3 y ½ . Añadimos el azúcar glass y ponemos unos segundos más a la misma velocidad para que se integre bien. Debe quedar una especie de crema blanca.
- Con el kringle aún caliente pintamos toda la superficie con el glaseado.
¡A ver si podéis esperar a que enfríe para probarlo!
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