domingo, 21 de diciembre de 2014

Feliz Navidad y...Kringle Estonia (con Thermomix)


Por fin, después de tener un poco abandonado el blog, hoy aprovecho para poner recetas navideñas. Empiezo con una que me enamoró cuando lo probé: el Kringle Estonia. El kringle es un dulce navideño típico de los países nórdicos y tiene una presentación característica en forma de corona que llama la atención. Aunque parece algo complicado en realidad no lo es, sólo hay que seguir unos sencillos pasos. A mi, como ya he dicho en alguna ocasión, me gusta más la bollería que los pasteles más empalagosos y la masa del kringle es tipo brioche, y va cubierta con un glaseado que, además de presencia, le da jugosidad y hace que aguante algo más de tiempo sin ponerse duro. Por cierto, como veréis en el relleno he utilizado nueces, pero se pueden cambiar por frutas confitadas si se desea, o incluso por ingredientes salados, como paté, sobrasada... ya sabéis, ¡imaginación al poder!.




Ingredientes:

Para la masa:
  • 30 gr. de azúcar
  • piel de medio limón (sólo la parte amarilla)
  • 30 gr. de mantequilla o margarina
  • un cubito de levadura fresca de panadero (20-25 gr)
  • 120 gr de leche
  • 1 yema de huevo
  • 300 gr. de harina de fuerza
  • un pellizco de sal
Para el relleno:
  • 60 gr. de azúcar moreno
  • 50 gr. de mantequilla o margarina a temperatura ambiente
  • 50 gr. de nueces picadas gruesas
  • 2 cucharadas de canela en polvo

Para el glaseado:
  • una clara de huevo
  • 50 gr. de azúcar glass

Elaboración:
  1. Ponemos en el vaso el azúcar y la piel del limón y pulverizamos 15 segundos a velocidad 10. Bajamos todo con la espátula hacia el fondo y añadimos la leche, la mantequilla y la levadura. Programamos 1 minuto a 37º, velocidad 2.
  2. Separamos la yema de la clara y reservamos esta última para el glaseado que haremos después. Agregamos la yema al vaso y mezclamos 5 segundos, velocidad 3.
  3. Añadimos al vaso la harina y el pellizco de sal, y amasamos en velocidad espiga 2 minutos. Ya podemos sacar la masa del vaso, darle forma de bola e introducirla en una bolsa que colocaremos en algún lugar más bien cálido, para que suba hasta doblar su volumen (una hora más o menos. Yo en invierno suelo poner las masas a levar en una mesa junto al radiador de la cocina, va de fábula, jejeje.
  4. Sin necesidad de lavar el vaso, vamos con el relleno: Ponemos la mantequilla, el azúcar moreno y la canela y mezclamos 30 segundos a velocidad 2.
  5. Mientras estiramos la masa con el rodillo sobre papel vegetal ya podemos precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 180º (*truco: para que el papel no se os mueva demasiado salpicad unas gotas de agua sobre la superficie donde lo pongáis) . Deberemos obtener una especie de rectángulo con la masa bastante finita. En la foto podéis ver que es más grande que la hoja de papel que hay debajo.
  6. Untamos la masa con la pasta del relleno, dejando un borde libre para sellar después, y espolvoreamos por encima las nueces picadas. Ahora toca enrollar el rectángulo con mucho cuidado formando un rulo y sellarlo con un poco de agua.

  7. Cortamos el rulo con un cuchillo longitudinalmente por la mitad, excepto por un extremo. Giramos los dos “brazos” que han quedado de modo que se muestre el relleno hacia arriba y trenzamos (¡esta es la parte divertida!). Cuando esté trenzada, unimos los dos extremos formando una corona, y sellamos también con un poco de agua para que se quede bien pegado. Horneamos unos 20-25 minutos a 180º.






  8. Mientras tanto preparamos el glaseado: con el vaso limpio y las mariposa colocada en su posición montamos aunque no del todo la clara que teníamos reservada, a velocidad 3 y ½ . Añadimos el azúcar glass y ponemos unos segundos más a la misma velocidad para que se integre bien. Debe quedar una especie de crema blanca.
  9. Con el kringle aún caliente pintamos toda la superficie con el glaseado.

¡A ver si podéis esperar a que enfríe para probarlo!
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