Estas natillas están riquísimas de verdad, y son tan rápidas de hacer que casi no vale la pena comprarlas en el supermercado, porque además estas son infinitamente más sanas. Hay quien las hace sin la canela y el limón, pero si las aromatizamos ganan mucho y no cuesta ningún trabajo. Truco del almendruco: siempre tengo cáscara de limón en una bolsita en el congelador. Viene de fábula tanto para las natillas como para bizcochos y otra repostería, que luego da mucha pereza ponerse a pelar limones. Así lo hago una vez de tanto en tanto y ya está.
La consistencia es espesa sin llegar a ser mazacote, en la foto la podéis observar. Si os gustan más líquidas basta con poner menos cantidad de maizena. Con las cantidades que os pongo en los ingredientes salen 4 vasitos hasta arriba (una buena ración).